En ti olvidé mi aliento, para volver más tarde. La llama de la vela se balancea. No la dejes sofocar. El dolor a la izquierda, entre las costillas, Aproximadamente en la región del corazón. Y mi llanto incomparable abrió la puerta de tu alma, que quisiste cerrar de mí, de la gente, de ti mismo. Simplemente no puedes irte, te destruirás a ti mismo, amando. ¿Yo? No alguien más. Más tarde vendrás, pero entonces será demasiado tarde.
Recuerdos
Pasan los años, y solo estamos envejeciendo. ¿Recuerdas cuando estuve aquella vez contigo? Solo las estrellas y el cielo sobre nosotros. Esa noche de verano, que estuvimos juntos, no lo he podido olvidar a lo largo de los años. E incluso ahora, como si fuera ayer, recuerdo desde el más mínimo detalle esas manos que me acariciaban, aquellos besos y nuestro primer toque. Esos pensamientos que en secreto nacieron en nuestros corazones. Esa restricción de palabras y deseos. La pasión salvaje en noches prohibidas. En ese extraño momento de despedida.
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