En ti olvidé mi aliento, para volver más tarde. La llama de la vela se balancea. No la dejes sofocar. El dolor a la izquierda, entre las costillas, Aproximadamente en la región del corazón. Y mi llanto incomparable abrió la puerta de tu alma, que quisiste cerrar de mí, de la gente, de ti mismo. Simplemente no puedes irte, te destruirás a ti mismo, amando. ¿Yo? No alguien más. Más tarde vendrás, pero entonces será demasiado tarde.



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