¿De qué sirven las palabras si no hay amor en ellas? Grito sin intentar hacerme daño. Estoy escribiendo, no sé sobre qué. Es más fuerte que yo: el esternón esta lleno. Las cuerdas no están destinadas a ser cautivadas o golpeadas sin lugar a dudas. Todo para echar fuera el ardor del sol. Aunque, amigo mío, te hayas olvidado de mí, hoy no perturbaré tu paz. Es demasiado doloroso escribir poemas sobre los heridos. Prefiero cultivar un maravilloso jardín de letras y escribir sobre hojas arrugadas. Por eso digo, no puedo callarme, bueno, tal vez, simplemente no me atrevería. Porque cada palabra con amor es una vela, de la que se calienta el corazón. Incluso si las palabras no tienen sentimientos aprecian la vida, ahora nuestro mundo es triste y terrible, ahora canto sobre el bien. ¿Ves, dime, cómo las cosas terribles se vuelven las más hermosas?
Recuerdos
Pasan los años, y solo estamos envejeciendo. ¿Recuerdas cuando estuve aquella vez contigo? Solo las estrellas y el cielo sobre nosotros. Esa noche de verano, que estuvimos juntos, no lo he podido olvidar a lo largo de los años. E incluso ahora, como si fuera ayer, recuerdo desde el más mínimo detalle esas manos que me acariciaban, aquellos besos y nuestro primer toque. Esos pensamientos que en secreto nacieron en nuestros corazones. Esa restricción de palabras y deseos. La pasión salvaje en noches prohibidas. En ese extraño momento de despedida.
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